Autor: Luis Fernando Arredondo Gómez
[Este texto es basado en otro escrito en 1993 en Envigado, pero reformado hoy 15 de junio de 2016, día del cumpleaños de mi madre.]
Mi familia en Envigado por 1977. |
Cuando arrojó Dios del cielo al solitario espíritu
que bajo forma humana asumió la prueba
entrégole al desterrado en destino
–para mostrarle que no es la vida un castigo-
la presencia de la madre.
que bajo forma humana asumió la prueba
entrégole al desterrado en destino
–para mostrarle que no es la vida un castigo-
la presencia de la madre.
El niño fue creciendo y siendo testigo
de la bondad hecha nombre, que es el de la madre.
Ella recorre sus sienes, sus neuronas, sus tristezas;
iluminando noche tras noche su enmarañada senda.
Ella recorre sus sienes, sus neuronas, sus tristezas;
iluminando noche tras noche su enmarañada senda.
Pues cuando del mundo sólo aguarda indiferencia
recuerda la mirada de la madre
que en su alma obra como un calmante
y en su corazón pende como un emblema.
recuerda la mirada de la madre
que en su alma obra como un calmante
y en su corazón pende como un emblema.
En la escuela sufriendo los desmanes
luego comiendo su lonchera;
en bibliotecas inhalando el aroma de los libros
y conmovido por los versos de un poeta
sabe que la madre lo espera.
luego comiendo su lonchera;
en bibliotecas inhalando el aroma de los libros
y conmovido por los versos de un poeta
sabe que la madre lo espera.
En las tardes de canchas y competencia;
entre malas notas físicas, y de su viejo los gritos y la aritmética;
luego las traiciones de los amigos y el beso francés que no llega,
pero sabe que la madre lo espera.
entre malas notas físicas, y de su viejo los gritos y la aritmética;
luego las traiciones de los amigos y el beso francés que no llega,
pero sabe que la madre lo espera.
En las noches lluviosas en el centro de Medellín
mojado y hambriento;
cansado de la interminable lectura de los códigos
emprendía el viaje hasta su casa
bendiciendo a la madre que lo espera.
mojado y hambriento;
cansado de la interminable lectura de los códigos
emprendía el viaje hasta su casa
bendiciendo a la madre que lo espera.
Día de graduarme de once (fines de 1988) |